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Comunidad Kolla
Agosto es el mes de la pachamama, y para conocer más sobre la misma y los rituales ancestrales que aún hoy se realizan, entrevistamos a Sebastián Quispe, referente kolla de Humahuaca.
Sebastián forma parte de Cáritas, y tiene un marcado perfil social. Trabaja con Norma Cazón -presidenta de Cáritas Prelatura Humahuaca- y con las comunidades codo a codo. Uno de los programas de mayor envergadura que se llevan a cabo es el de Huellas Andinas, donde alientan el intercambio de diferentes colegios que visitan Jujuy dos veces al año: “Yo soy parte del equipo de Cáritas como voluntario en todo lo que es la parte de proyectos, siendo mi área específica el de la educación. Con Norma y los chicos también realizamos las actividades referidas a Huellas Andinas “. Hoy en día, en el contexto que vivimos, Norma, Sebastián y su equipo hacen un gran trabajo con las campañas de prevención contra el COVID-19.
A raíz de la pandemia que seguimos cursando, nos cuenta cuál es la situación con respecto a las visitas anuales de los colegios: “Este año se tuvieron que suspender estas actividades y el proyecto de Huellas Andinas, que está pensando para que los adolescentes de uno de los últimos años de los colegios de Buenos Aires y Entre Ríos puedan venir a realizar diferentes actividades solidarias pensando en las comunidades y en las escuelas. Este año las actividades de mayo y agosto debieron suspenderse por la pandemia. En principio siempre hemos recibido a Todos los Santos, y luego se sumó el colegio La Salle de Entre Ríos”. En el marco de conocer qué actividades se desarrollan desde Huellas Andinas, nos contó que “consisten en que estos adolescentes, que tienen en su colegio una materia que habla de lo solidario, puedan llegar a lugares muy alejados en el país y que la política no tiene en cuenta por su lejanía o no son comunidades grandes. Así, la idea es que vengan a realizar algún trabajo solidario para luego, cuando crezcan y decidan estudiar alguna carrera piensen en estas comunidades”.
¿Cómo los reciben los chicos a los estudiantes que visitan y qué podrías ver de positivo en esa interacción?
Previamente se coordinan las actividades a tener con la directora, y luego los docentes le anticipan a los niños de la visita. Ellos se ponen contentos. Los chicos de acá somos más tímidos y les cuesta soltarse, a diferencia de los chicos de la ciudad. Después se enganchan, ya se animan. Somos muy observadores también; hay chicos que se sueltan más rápido, se alegran y se ponen contentos de que tengan visita porque así salen un poquito de la rutina formal. Cuando se van se ponen tristes, aunque depende mucho del carisma que tengan los chicos de la ciudad. Si hay algún niño que no muestra cariño quizás que no se da un vínculo tan fuerte.
¿Tienen oportunidad de compartir momentos por fuera de dichas actividades?
Nosotros previamente armamos la semana, las actividades a realizar: algunas necesitan del trabajo manual de los chicos, como pintar, ayudar y colaborar, y otras son de interacción y juego. Otros años hemos hecho encuentros entre los jóvenes para que puedan charlar, escucharse, ver la realidad de cada uno. Hemos invitado varios años a los jóvenes al hogar de ancianos para que puedan relacionarse con los abuelos de la comunidad, también los hemos llevado a visitar Manos Andinas, a algunos artesanos en cerámica para que les cuenten cómo es la vida de los artesanos en nuestra zona, otras veces los llevamos a otras comunidades a realizar pan casero. Todo hay que hacerlo dinámico para que los 4 días hayan momentos de distensión e interacción, especialmente, para ellos lo más rico al parecer es poder relacionarse con los niños.
¿Existe el momento o espacio para poder realizar una charla sobre lo que fue la experiencia?
Si, se hace una evaluación, los directores nos llaman y hablan con Norma. Se hace una evaluación si fue positivo, se hace una comunicación sincera para saber si sirvió o no. En cada camada que viene, hay un grupo de chicos encargados de registrar la experiencia para luego compartir en su colegio, y otras veces se arma una cartilla que preparan los docentes que cada fin de jornada llenan ellos; a veces somos parte y otras es con los profesores, para que realicen una evaluación diaria de lo vivido. Salen muchas cosas muy lindas, se emocionan porque son realidades diferentes que ellos no viven allá. Por eso, antes de que se vayan, nosotros realizamos un fogón de compartida donde nosotros podemos escucharlos a ellos y darles las gracias por haber venido.
¿Está todo relacionado a colegios religiosos, puede ir otro tipo de colegio o puede ir otro grupo de personas?
Este proyecto es prácticamente autosustentable, no tenemos un fondo que apoye este proyecto, es puramente de Cáritas. El colegio todos los santos de San Isidro, que en realidad no es un colegio católico, excepto el colegio La Salle. Nuestra función siempre estará relacionada a la gente que más lo necesita, no en función de la religión. Hay chicos judíos, y siempre es diverso.
Estuvimos leyendo el Manual del Mochilero Indígena que habla de los juguetes ancestrales de las comunidades, que buscaba recuperar sus juegos tradicionales.
El proyecto busca recuperar los juguetes ancestrales para que los chicos recuperen sus juegos. Obviamente aquí muchos de ellos se siguen realizando: el barrilete, el trompo, la payana. Todos esos juegos se siguen promocionando. Aquí cuando vienen los chicos, los chicos preparan sus actividades y suelen ser más tradicionales, como jugar a la pelota, pintar, jugar a la rayuela, pintar, dibujar, teatro, un poco de música. Nosotros continuamos pensando en que hay que revalorizar y recuperar los juegos ancestrales.
¿Y si tuvieras que elegir un juego ancestral que los identifique, cuál elegirías?
La payana, que se juega con piedras, y el barrilete que es un recurso propio de acá, que armamos sacando la caña de la quebrada o utilizando plástico. Son juegos que eran fáciles de conseguir y no costaban nada, que incluso se pueden realizar reciclando.
En este marco de buscar rescatar los juegos ancestrales, ¿qué podés contarnos de tu cultura?
Nosotros compartimos la misma cultura que Perú y Bolivia. Al ser parte de ese imperio, tomamos mucho de esas creencias, también somos muy particulares y parecidos en apariencia y en nuestro físico. Kolla se le llama a toda una región que no es propia de Humahuaca sino que es más amplia, que en el Imperio se haya denominado como Kolla. El Imperio está dividido en cuatro partes, la nuestra que está al sur sería el Collasuyo que abarca desde Santiago del Estero hasta Salta y Jujuy. El collasuyo es la madre de la región, y luego cada zona tiene su nombre particular como es Humahuaca y Tilcara.
¿Sería como una gran nación, no?
¡Claro! Por ahí antes no había frontera entonces el camino era muy fluido, teníamos muchos senderos y rutas andinas que están en nuestra zona. Humahuaca es reconocido como un lugar sagrado donde se sabían reunir los principales Incas de aquellos tiempos para direccionar nuestro futuro, cómo estábamos trabajando como Imperio. Por esa razón nosotros tomamos y compartimos muchas costumbres con Bolivia y Perú. Ahora estamos con la Pachamama, haciendo todo el ritual de La Madre Tierra, muy particular y muy único de nuestra zona. No lo perdemos, creemos que es la madre. Más allá de que lo complementamos con el cristianismo, seguimos teniendo respeto a la tierra que nuestros ancestros han tenido.
Siendo que la comunidad Mapuche se considera y constituye como Pueblo Nación, ¿sucede algo similar con las comunidades Andinas?
El Imperio Incaico ha perdido un poco de fuerza. Hoy en día debido a la división política hay gente que no se identifica como Kolla, entonces se realiza como una pérdida, no de la identidad, pero pierde fuerza ese nombre. Entonces ahora se habla de las comunidades y queda raro hablar del Imperio, hoy ya hay una división de fronteras. Obviamente que hay mucha gente amiga de Bolivia y Perú que sigue trabajando por este gran Imperio, pero por ejemplo habría que ver si hay aún un Inca como antes. Hoy se habla más de comunidades indígenas.
¿Cómo es la relación con la religión cristiana?
Para la mayoría de las personas se complementa, se agradece tanto a la Tierra como a Dios. Para otros es muy incoherente y eso lleva a que sea un poco cerrado: o es ancestral andino o es cristianismo, entonces no podés estar de los dos lados. Pero bueno, nuestros abuelos se han complementado, nunca han buscado la rivalidad la mayoría y ellos son lo que nos han dejado todos estos saberes a nosotros. Por eso, en muchas casas, aparte de hacer todo el ritual de la Pachamama, hay un momento de oración para pedir al Dios de la vida que nos siga protegiendo también. Es un complemento tal vez inconsciente.
Lograron fusionar dos creencias completamente diferentes
Exactamente, que no te digo que hay un grupo que está en “o sos cristiano o sos aborigen”.
Recién nos contabas que se está festejando el pachamama, ¿esto es porque estamos en el mes de la pachamama?
Si, agosto lo entendemos como el mes de la Pachamama donde está permitido tocar a la tierra, se da vuelta a la tierra para que el frío de vuelta todo los bichos y luego se disponen a sembrar. Es el momento de dar apertura a la tierra, donde se puede abrir una boca a la tierra.
¿Se considera a las apachetas como una forma de agradecimiento a la Pachamama?
Las apachetas en realidad se realizan para pedir permiso para poder transitar por las nuevas tierras donde se va a circular, es un pedido a la tierra para que te cuide: te detienes un rato, le tirás alcohol, coca, cigarrillos. En agosto no se hacen apachetas, sino que se abre una boca bajo tierra de aproximadamente y según la tierra de un metro de profundidad para poder ahí tirar todo lo que la tierra brinda: la comida, la chicha. Esa es la manera en la que se agradece: se devuelve a la tierra lo que nos ha dado, entonces se preparan comidas con todo lo que las frutas y verduras que ella nos da: maíz, papa, frijoles.
¿Hay otros rituales milenarios que aún conserven, sean del cotidiano o de celebración?
Aquí hay un calendario, el calendario andino, que empieza generalmente el 21 de junio con el Nuevo Año Andino, el Inti Raymi que es la fiesta del Sol. Según este calendario se hacen diferentes actividades, como la Minca, las catapayas, la nata, de cosecha, de siembra, que en las comunidades se siguen manteniendo obviamente porque somos pueblos agricultores y ganaderos. Todo depende de los ciclos naturales y está muy relacionado con nuestra geografía, al aire, al sol, al fuego…
¿Qué significa para vos la palabra Kolla y qué significa para vos serlo?
Identidad. Generalmente no todos pueden decir eso, pero nosotros tuvimos la posibilidad en Cáritas de abocarnos a conocer nuestra cultura y en todas nuestras acciones se han complementado. Entonces hemos conocido nuestros orígenes, hemos sabido de dónde salimos, quiénes somos. Por eso lo veo como identidad. En los últimos años, ya no es una vergüenza decir que sos Kolla.
¿Qué es lo que más abrazás de tu cultura y qué es lo que quizás no tanto?
El paisaje, las costumbres que se tienen, nuestras creencias que son las que nos transmiten nuestros abuelos y que trascienden de generación en generación. Entendemos mucho de nuestra cultura a través de los paisajes.
No estoy de acuerdo cuando uno se cierra, hay comunidades que siguen renegados a lo que sucedió en la Conquista y son muy extremistas. Eso no lo comparto porque creo que la realidad es diferente y que hay que complementarse para poder convivir. Acá en la Iglesia lo complementamos mucho, es muy transversal en todo el mundo andino, más allá de Cáritas. El Obispo nos dio la apertura para poder complementar, entonces nuestras acciones están muy complementadas.
Nosotras con Arte y Esperanza tuvimos la oportunidad de conocer Humahuaca y Purmamarca.
El otro día un chico me comentaba que no llegas a conocer todo, es todo tan amplio, aunque parece que sea chico geográficamente, pero no llegas a conocer todas las comunidades y hay muchas que son muy lindas y muy ricas. No se conocen mucho pero está bien, porque sino se abusa de algunas comunidades.
¿Y ustedes visitan diferentes comunidades?
Si, si. Yo desde que estoy en Cáritas desde el 2007, 2008, tuve la posibilidad de visitar muchas comunidades y me faltan muchas más.
¿Y cual es la misión de visitar esas comunidades?
Bueno, como iglesia, como Cáritas, estamos presentes en la parte social, ver en qué podemos ayudar y hemos aprovechado siempre los viajes del obispo con algún encuentro o alguna asamblea, tratamos de acompañarlo. Por ejemplo lo que es manos andinas, asiste prácticamente a todas las comunidades, el acompañamiento fue muy fuerte. También para conocerlos, a las mujeres, a los hombres, sus trabajos. Hay que hacer un estudio también, para tener datos precisos para de esa manera gestionar todo. Lo más rico es poder estar ahí, vamos con el obispo, con el sacerdote y estamos dos o tres días en cada comunidad para estar acompañando. Acompañar a todas las comunidades de la Prelatura.
¿Y ahora con este contexto de la pandemia en qué situación se encuentran las comunidades?
Bueno en las comunidades están asustados. cierran las entradas a las comunidades para que el que viene de afuera no entre con el virus. Pero se han vuelto a sus comunidades también, porque durante un tiempo fuerte emigraron mucho a las zonas urbanas, dejando sus terrenos cerrados en las comunidades. Pero hoy en día están volviendo, porque se entiende que ahí están mejor aislados del bicho que en este lugar. Entonces han vuelto, y para muchos había que volver a nacer en las comunidades, porque se habían perdido, los hijos no continuaban con la costumbre familiar, con la herencia, entonces tenían que volver. La están pasando mal, no alcanza en la parte económica, esa es la realidad. Por un lado cuidar mucho a su comunidad, se nota que la están cuidando mucho.
¿Se están tomando medidas para prevenirlo?
Si, una de esas es cerrar las entradas, que el que no es parte no pueda entrar. Incluso familias que no viven ahí y que van a visitar, tampoco son permitidas porque todos corren riesgo. Es preferible que los que siempre han vivido ahí, se queden ahí, aparte son gente adulta, mayores.
¿Hay algún caso en las comunidades?
Hay un caso, acá a 10 km de Humahuaca, en la comunidad de Uquía, sobre ruta 9 antes de llegar a Humahuaca. Ahí salió esta semana con 3 casos, 1 confirmado y otros dos estrechos. Ya cuando se activa algo en la comunidad, porque son comunidades chicas. Humahuaca incluso es chica.
¿Cuántos habitantes tiene?
En Uquía aproximadamente 1300 personas, no son muchos. Entonces se corre el riesgo más rápido.
Claro. El otro día que hablé con Norma -Cazón-, me comentó que estaban entregando elementos para prevención del COVID. ¿Es así?
Si, si. Lo que es la asistencia alimentaria por un lado, y la asistencia sanitaria también. Estamos donando a la gente mas crítica, se les asiste de esta manera. Los recursos se comparten con todas las parroquias. Obviamente en las parroquias que están en zona roja. Acá se dividen las zonas en zona amarilla, zona roja y zona verde. La zona verde serían las que están bien, en fase 5, la zona amarilla que es un término medio y la zona roja las que están complicadas. Acá en la prelatura tenemos 3 parroquias que están en zona roja, en fase 1 estricta, que hay muchas cosas que se pueden hacer y muchas que no. Hay que andar con mucho cuidado porque los casos van aumentando fuertemente. Entonces los fondos que llegan tratamos de dividirlos, y se da un poco más en las zonas rojas donde más se necesitan.
Como decíamos antes, el tema económico es un tema urgente, y ahí están haciendo bastante hincapié por lo que vemos.
Si, si. No pueden trabajar, no pueden salir. En la zona roja hay muy pocas actividades exceptuadas y están mal, ya van más de 140 días. Y los ahorros ya se terminaron aproximadamente en el segundo mes. Entonces hay que salir, hay que salir para ayudar. Con meriendas, con bolsones, con donaciones, con abrigos, calzado. Estamos buscando recursos, ahora estamos también con todos los elementos de frío, frazadas, estufas, colchones, en eso también estamos asistiendo. Es lo que podemos hacer desde nuestra iglesia. La parte social de la iglesia está en Cáritas, entonces nosotros no hemos podido aislarnos, quedarnos en casa. Entonces le pedimos a Dios que nos proteja, ya son 140 días que nos está protegiendo mucho. Porque hemos hecho muchas actividades, hemos ido al hospital y hemos recibido a gente que vino a hacer la cuarentena de los trabajadores golondrina. Hemos tenido muchas actividades y ningún voluntario le dio positivo, ni han contraído el virus. Tenemos a un Dios y a un Ángel que nos cuida.
Si, y también que están tomando las medidas de prevención correctamente. Que se cuidan como corresponde.
Si, si. Obviamente que nos duele, nos duele mucho cuando un amigo llega a tener esto. Otro rubro que está muy complicado son los artesanos. Nosotros tenemos una tienda pero hemos cerrado desde que empezó la cuarentena, que es exclusivamente para los artesanos con materia prima real, bien artesanal, lana de llama de oveja.
¿Cómo se llama la tienda? ¿Manos Andinas?
Si, Manos Andinas. Ahí acompañamos a diferentes familias de muchas comunidades. Ahí nos relacionamos directamente con la Quiaca, con quienes hacemos toda la parte administrativa. Se ayuda a muchas comunidades, y el mercado ha bajado totalmente, la tienda está cerrada, hay que pagar un alquiler. Y estamos buscando estrategias para ver de qué manera se puede vender. Pero claro, si no hay turismo, si no hay visitas tampoco se puede vender, no se puede mandar a otros lugares donde nos solían pedir. Realmente es un momento muy crítico, nos duele mucho. Es un proyecto que nació en 2001, con la intención de ayudar a los artesanos en ese tiempo más difícil que estaba viviendo la Argentina. Y hoy nuevamente estamos estancados viendo la manera para salir adelante. En el 2001 comenzamos con las ideas, las charlas y después se le fue dando forma con un proyecto de Cáritas nacional, que Norma estuvo presente con el obispo Pedro. Después fue creciendo y nos auto-sustentamos. No se recibe ningún subsidio de ningún lado, esto es importante. Tenemos que salir a buscar compradores, ver que los artesanos realicen buenas prendas y así sea bien visto por el turismo que visita nuestra zona. Hemos hecho algún intento, pero por ahí el gobierno no le dio importancia hasta el momento. Hemos participado de ferias y hemos tenido entrevistas pero quedó ahí. Si hubiésemos tenido un subsidio hoy en día lo tendríamos por lo menos hasta que se regularice algo.
¿Las artesanas siguen realizando prendas de lana o no pudieron continuar? ¿aunque no se venda?
No, muy poco. No pueden realizar más porque no hay mercado. Si sale algo les avisamos por si tienen alguna preparada, y sino se ponen a tejer. Y suben las prendas, sube la lana. los productores han subido bastante los precios, y por ende las prendas tienen que subir. Porque al ser artesanal no podemos comparar con las prendas industriales que hay acá. Deberíamos averiguar bien porque razón aumentó el precio. Hace una semana estuvimos hablando con los artesanos y pusieron un precio de un chal, y alguien preguntó porqué ese precio, y es porque subió la lana. Hay lanas que se consiguen y otras que no, y eso quiere decir cómo la están pasando los productores en las comunidades.
Y la tienda de Manos Andinas de Iruya me imagino que está igual.
Si, igual igual. Ha cerrado totalmente, no se vende nada. Y lo que pasa con Iruya es que no puede pasar para esta zona, porque tienen las propias normativas de Salta. No depende de la provincia de Jujuy. Entonces ¿qué hicieron en el pico más alto de Iruya? Pusieron una tranquera en el paso, con candado. Es una manera de cuidarse del contagio. De cuidar sus territorios. Recién hablamos con el transporte que hace el transporte de Humahuaca Iruya y nos dijo que no está saliendo nada para allá.
Claro, entonces no pueden pasar mercadería para vender.
Nada, hace un mes atrás estuvimos hablando con un comerciante a quien le hacemos las compras para asistir en los bolsones y meriendas, y nos decía que está complicado, sabe que nosotros les pagamos en tiempo y forma, y guardaría para nosotros lo que necesitamos pero en un momento nos dirá que ya no hay más.
En relación a la pregunta anterior sobre si las artesanas están trabajando. La pregunta es si quedo stock que no pueden vender o ¿no hay stock y está todo parado?
Quedó stock y no lo pueden vender, porque fue de un momento para otro lo de la cuarentena y no lo pudieron vender. Y tuvieron que cerrar para volver a su comunidad. Solo un mes trabajaron a puertas cerradas y se tuvieron que volver, y no han vuelto. Y quedó la tienda cerrada con mercadería dentro y bueno, se tenían que ir a su comunidad o a la Quiaca para trabajar y llevar comida a la casa. Es un tema fuerte manos andinas.
¿Y tienen algún proyecto para cuando se levante la cuarentena de como volver a empezar?
Si, estamos armando una página para que puedan difundir las prendas de manos andinas, tenemos la propuesta de salir a hacer fotos para promocionar.
¿Cómo se llama la página?
En Facebook, Cáritas prelatura Humahuaca. Pero bueno, estamos diseñándolo. Nosotros no dejamos de pensar en estrategias, en estos proyectos. Y allá en la Quiaca y en diferentes comunidades tratamos de hablar con los sacerdotes, de diferentes pastorales para ver de qué manera podemos ayudar.
Sebastián no te queremos robar más tiempo. Para cerrar te queremos preguntar, si tuvieses que elegir una sola palabra para describir tu cultura, ¿cuál elegirías?
Tradición.
Mail de Cáritas caritasprelaturahumahuaca@gmail.com