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Moda con bases éticas: la cultura del saber cómo y qué comprar.

Mayo 2021

El 8 de mayo fue el día internacional del Comercio Justo, momento dedicado a generar conciencia sobre la paga que reciben los pequeños productores y artesanos, pero también para demostrar cómo mejora la calidad de vida de los mismos al desarrollarse en un medio laboral y ambiental saludable.

Este año decidimos hacer algo diferente, y presentarles a personas inspiradoras. En esta búsqueda de voces que resuenan en el mundo del Fair Trade, llegamos a Mónica Phromsavanh.

Mónica tiene una historia de vida difícil pero inspiradora, y es la que la llevó a ser una referente en el mundo de la moda sustentable: “Crecí en Argentina, mis padres eran refugiados de la guerra secreta en Laos y aterrizamos en Misiones. Como hija de refugiados en medio del caos, no tenía muchas opciones. Para sobrevivir a los desafíos diarios, pasé la mayor parte de mis horas después de la escuela vendiendo recuerdos hechos a mano por artesanos locales de mi comunidad. Recuerdo claramente que las muñecas costaban $1 en ese momento, por cada muñeca vendida obtendría 30 centavos y 30 centavos representaban mi próxima comida. Cuando crecés en ese tipo de entorno, sabés en el fondo lo impactante que puede ser una simple decisión de compra. El círculo se cerró cuando visité Laos y una niña se acercó a mí de la misma manera que yo lo hacía con los turistas cuando tenía su edad. Desde ese día he jurado usar mis conocimientos en la moda como una fuerza para el bien”.

Mónica con una niña que vende artesanías en Laos.

Si bien el recorrido de ese camino tuvo su prolongado desarrollo, logró desembarcar con conocimiento de causa en el mundo del Comercio Justo, el consumo responsable y la producción ética en concordancia con el respeto con el medio ambiente y por sobre todo, con las personas a través de su marca: “Recientemente, de hecho durante la pandemia, lanzamos Equal Hands en respuesta a las perspectivas cambiantes sobre cómo los consumidores tratan tanto a las personas como al planeta. En una época de crisis global te detienes a pensar en todo lo que te rodea, como si el reloj dejara de correr por primera vez. Hay un impulso para hacer algo más grande que uno mismo y también un reconocimiento de cómo incluso tus decisiones diarias son impactantes. Equal Hands es una marca de estilo de vida sostenible fundada en un compromiso con 3 pilares: Personas, Planeta y Progreso. Somos una empresa con certificación B-Corp pendiente y cada decisión que tomamos, desde nuestro empaque hasta nuestro diseño y la cadena de suministro, las seleccionamos cuidadosamente para cumplir con nuestros estándares y nuestro compromiso con estos 3 pilares”.

Su interés en el trato hacia las personas y sus posibilidades de un trabajo digno, la llevó a poder elegir con quién y cómo trabajar “uno de nuestros valores fundamentales es resaltar y arrojar luz sobre estos artesanos increíbles que tienen las habilidades y el talento único que se transmiten de generación en generación. Cuando conseguí mi primer trabajo en moda en la ciudad de Nueva York fue en un prestigioso local en la Quinta Avenida, aprendí que los consumidores valoran las historias detrás de los productos, ya sea que se trate de una casa de cuero italiana de alta gama o de un tejido artesanal en las montañas de Perú. La historia es similar, pero no todas fueron presentadas o compartidas de la misma manera. Creo que hay muchas oportunidades para compartir más historias de las maravillosas manos detrás de los productos que poseemos, sin importar dónde residan esas manos”. 

En relación a cómo selecciona a los grupos con quiénes trabajar nos relata que “Llevamos un largo proceso de debida diligencia para garantizar que la marca o el individuo tengan los mismos valores fundamentales que Equal Hands. Cada producto que sea seleccionado para formar parte de Equal Hands debe cumplir con nuestros criterios, como usar tintes naturales, ser biodegradable, reciclado u orgánico, etc. Estamos en contra de todo lo que pueda dañar a las personas o al medio ambiente”. Es decir, no son seleccionados al azar, sino que atraviesan un riguroso proceso de selección confirmando que cumplan con los requisitos básicos para formar parte de esta base de productores comprometidos éticamente. 

Este grupo también engloba lo que se conoce como “slow fashion” o moda lenta, haciendo alusión a la reutilización y reciclaje de textiles, como también a sus modos de producción más humanos. La sostenibilidad es uno de los pilares de la marca creada por Mónica, y confiesa que le llevó algunos años poder entender y deconstruir en profundidad de qué trataba esta práctica: “La sostenibilidad es el tema número uno en los EE. UU. Y, con suerte, en algún momento lo será a nivel mundial. Sin embargo, debo admitir que hace relativamente poco tiempo me enteré de la importancia del problema y soy una veterana de la moda (he estado en la industria durante más de 20 años). En los últimos años, pasé la mayor parte de mi tiempo buscando soluciones para que los consumidores encontraran una experiencia fluida comprando en línea, de ahí ModaBox –La otra marca de la que es fundadora-, pero nunca me había tomado el tiempo para entender sobre el daño que la producción de ropa causaba a nuestro medio ambiente y la forma en que a menudo se trata a nuestra gente. Ahora que soy más consciente de que todo comienza con la cadena de suministro y la necesidad de ralentizar el ciclo del consumo nocivo, quería abordar el problema y comprometerme a impulsar el movimiento en nuestra empresa”.

Como venimos comunicando hace años, no existe comercio justo sin consumo responsable. Es por ello que indagamos sobre porqué para EH el consumidor responsable es la clave para cambiar el mercado a nivel global, y convertirlo en uno más amigable con el medio ambiente y con las personas que lo habitan: “El consumidor es el que tiene poder. Realmente es simple, si dejamos de comprar a marcas que no utilizan prácticas éticas, creamos una demanda para que cambien sus prácticas. Estamos en un momento crítico con el cambio climático y si continuamos en nuestra trayectoria actual, nuestros nietos nunca experimentarán lo que una vez tuvimos, sin mencionar el tema de explotar a las personas para obtener ese par de jeans de mezclilla de moda rápida de $10. Los consumidores necesitan comprender su poder y ser habilitados por él”.

Viviendo en Nueva york, con raíces en Laos y habiendo nacido en Argentina, le preguntamos cómo ve el movimiento del comercio Justo a nivel global y las diferencias que encuentra entre países sobre la conciencia de lo que implica desenvolverse en este marco de trabajo: “El comercio justo es algo que también comienza con la demanda del consumidor. Si compras un par de jeans nuevos por $15, ¿cuánto crees que cuesta hacer esos jeans? ¿Crees que cubre la mano de obra? Para hacer bajar el precio, el margen tiene que salir de alguna parte. En muchos casos los que sufren son los trabajadores, se les exige hacer más rápido y eso significa que las condiciones laborales no son las mejores. Es posible que el consumidor no sea consciente de esto, yo personalmente aprendí todas las prácticas de comercio justo más adelante en la vida también, por lo que es un largo viaje para que todos estén en la misma página, pero debemos comenzar por algún lado”. Es por esto, que anima constantemente a todos a leer sobre sostenibilidad para entender y aprender cuanto puede marcar la diferencia una decisión consciente a la hora de una compra: “Soy consciente de que necesitamos una unión masiva de fuerzas para lograr un cambio duradero. Mi función es defender y educar a la mayor cantidad de personas a mi alrededor para que comprendan lo que significa adaptar la sostenibilidad, no solo en la moda sino también en las elecciones de estilo de vida: en los alimentos que consumís; en los productos que usas para limpiar; ¡cómo ser una persona libre de plástico! Y no es una tarea fácil, pero hay que empezar por algún lado, así que mi misión es convertir de a un amigo a la vez, pero también tratar de asegurar que Equal Hands impacte vidas. Un negocio exitoso puede impactar más vidas que una persona sola. ¡Intenta comprar a un fabricante local en lugar de en una gran tienda o una marca global!

Para cerrar esta entrevista tan interesante, le pedimos a Mónica que elija una palabra para describir al Comercio Justo y al Consumo responsable: Equilibrio. El comercio justo es un intercambio de bienes y servicios. Al pensar en el “comercio justo” las personas que elaboran los productos, en nuestro caso los artesanos, son las que dictan el valor de su trabajo. No se nos permite negociar. En algunos casos, pueden obtener más por el artículo y es nuestro trabajo educarlos sobre el comercio tanto como sea posible. Las relaciones que construimos con nuestros proveedores son siempre bidireccionales. El consumo responsable es lo mismo. El equilibrio es clave. Equilibrar lo que querés con su debido impacto y lo que se necesita.

Para conocer más sobre las marcas que representa Mónica podés ingresar a: